Su nombramiento causó controversia, ya que en el momento no tenía licencia de UEFA Pro, necesaria por parte de cualquier entrenador para dirigir en cualquier liga de Europa, incluyendo torneos de UEFA como la Copa Intertoto; sin embargo, fue aprobado por la UEFA al haber sido diagnosticado Roeder con un tumor cerebral en 2003, lo que impidió desarrollar su carrera como entrenador.