El 12 de abril de 2016, el Santiago Bernabéu fue testigo de otra noche europea mágica, protagonizada por Cristiano Ronaldo. El Real Madrid, que había perdido 2-0 en la ida de los cuartos de final ante el Wolfsburgo, necesitaba una remontada casi perfecta para seguir vivo en la Champions. Y como tantas veces en su carrera, fue el portugués quien tomó el protagonismo. En una noche histórica, CR7 firmó un hat-trick y lideró la victoria 3-0 que clasificó al conjunto blanco a las semifinales. Los aficionados, eufóricos, celebraron la gesta luciendo con orgullo cada camiseta real madrid barata en las gradas.
El partido arrancó con intensidad. Desde el primer minuto, el equipo dirigido por Zinedine Zidane se volcó al ataque, consciente de la urgencia del marcador. No tardó en llegar el primer gol: en el minuto 15, Ronaldo empujó a la red un centro raso desde la derecha. Apenas un par de minutos después, volvió a aparecer para cabecear al fondo del arco tras un saque de esquina. En cuestión de segundos, el empate global estaba hecho.
El Wolfsburgo, sorprendido por el vendaval blanco, intentó resistir como pudo. El Real Madrid siguió atacando sin descanso, con un medio campo comandado por Kroos y Modrić, y con Benzema ayudando a abrir espacios. Fue en el minuto 77 cuando se desató la locura. Ronaldo ejecutó un tiro libre magistral desde la frontal del área y lo coló por debajo de la barrera, marcando el 3-0 y sellando su triplete.
Con ese resultado, el Real Madrid selló una de sus remontadas más épicas en Europa. El público del Bernabéu ovacionó de pie a su ídolo, consciente de que estaban presenciando algo especial. El hat-trick de Ronaldo no solo fue determinante en el marcador, sino que también reafirmó su estatus como uno de los jugadores más decisivos en la historia del club y de la Champions League.
Aquella noche fue inolvidable no solo por lo que ocurrió en el terreno de juego, sino por cómo se vivió desde las gradas. Cada celebración, cada cántico, cada gesto de los fans quedó grabado en la memoria colectiva del madridismo. Muchos de ellos aún guardan como tesoro aquella camiseta fútbol réplica con el dorsal 7, símbolo de una remontada que volvió a demostrar que en el Bernabéu todo es posible.