Ya no hay camiseta imposible para los fanáticos del fútbol. El muchacho que se había dado el lujo de viajar para seguir a la vigente selección campeona del mundo en Italia se despertó en la sala de primeros auxilios de la cancha de Turín. En otros tiempos, conseguir la remera de un equipo europeo era cuestión de suerte; que algún amigo viajara hasta el Viejo Continente y nos trajera un regalo.