Y este sector no es la excepción, pues son miles los falsificadores que aprovechan los diseños (que varían cada temporada) y el gran volumen de interesados en obtener la mercancía, para replicarlos y venderlos a un precio muy por debajo de los productos oficiales. Siempre hay un lado negativo y, al igual que ocurre con casi todos los comercios, los productos que poseen cierta demanda tienen tendencia a ser inmediatamente replicados para su venta.