Una pena. Mi nota: 7/10 (que podría haber sido un 8,5, insisto, si tenemos en cuenta solo la primera). Le dije que sí, sacó el brazo por la ventanilla, quitó el rótulo y la luz de Taxi del techo, la dejó en el asiento del conductor y ahí estuvo todo el día conmigo. Esta mezcla de tejidos provoca que el traje sea despacio al tacto, cómodo y que la vivencia del usuario sea más cálida.