Hubo una escala previa en Londres para visitar a una familia amiga antes del retorno a Buenos Aires. El regreso al formato y colores más clásicos de la entidad mallorquinista, que tuvo una segunda camiseta de color blanco y una tercera vestimenta en negro y fucsia que sí suponía un significativo cambio de tendencia. Este partido fue especialmente doloroso en su momento porque era una final de Champions, apenas la cuarta en la historia del Barça.