Los diseños nacen como una respuesta firme al deseo de la afición blanquirroja de verse diferenciada en sus equipaciones del resto de clubes, mensaje que ha sabido captar Castore para que, apelando a la historia y cultura de su ciudad, los sevillistas luzcan unas camisetas que les representan más que nunca. Arrancaron el Mundial como las grandes rivales a batir, con tres copas del mundo y cuatro oros olímpicos a sus espaldas, y han ganado el juego mediático también fuera del césped.